NAO SAN JUAN

La roda

La silueta de un barco es definida por la quilla, el codaste y la roda; precisamente ahora ha sido el turno de instalar la roda. Ésta se une a la quilla mediante gruesos clavos, prolongándola hacia adelante y hacia arriba en un amplio arco. Consta de dos piezas, cada una de las cuales mide casi cinco metros de punta a punta.

La roda debe de ser muy sólida; al fin y al cabo es la parte que debe cortar las olas, abrir camino a la nao. Por otra parte es donde terminan las tablas del casco, y debe sostener parte de la superestructura de la proa. Han hecho falta dos robles de grandes dimensiones para obtener las dos partes que la componen.

Instalación de la roda

La roda se coloca en dos fases: primero la parte inferior y, sobre ella, la superior. Todo el equipo técnico de Albaola ha intervenido de una manera u otra; son piezas muy pesadas que hay que ensamblar sólidamente, y su alineación con la quilla debe de ser perfecta.

Ha sido un paso muy importante en la construcción del ballenero. Cada vez es más fácil visualizar cómo va a ser el San Juan

Los escarpes de la roda

Las uniones de la roda del San Juan resultan chocantes para los carpinteros de ribera; tanto la unión entre la quilla y la roda como la de las dos partes de la misma son diferentes de los escarpes al uso. La imagen A muestra un escarpe del San Juan, y la imagen B muestra un escarpe habitual en la construcción naval del siglo XX. Los avances de la construcción naval de los últimos cuatro siglos indican que el sistema B es mejor, pero en la época del San Juan el A era habitual. Naturalmente, en la réplica que Albaola está construyendo se ha aplicado el procedimiento correspondiente a su tiempo.

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